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La Historia de Puente Tocinos está ligada a su proximidad al núcleo capitalino y a su emplazamiento, en el corazón mismo de la huerta de Murcia. En la Edad Media los musulmanes crearon esta fértil huerta en la confluencia de los ríos Segura y Guadalentín, a través de un complejo sistema de riegos que permitió convertir un almarjal en un auténtico mosaico de frutales, acequias, norias y alquerías.

Fuentes históricas vierten la hipótesis de que, en tiempos de Reconquista cristiana, y con Murcia en manos de sublevados mudéjares, Jaime I de Aragón llegó a estas tierras para recuperar la ciudad de Murcia y estableció el campamento de sus tropas en Puente Tocinos. Con los 'Repartimientos de Alfonso X, el territorio de Puente Tocinos se fue poblando de caseríos que recibían el nombre del vecino más conocido o de su acequia o heredamiento. Se desconoce el momento en que se gestó un agrupamiento poblacional bajo el nombre de Puente Tocinos, pero sí que en el siglo XVIII esta pedanía murciana ya era una aldea de realengo con alcalde pedáneo. En la actualidad aparece, prácticamente, como un continuo urbano de la ciudad de Murcia, pero con personalidad propia y con numerosas empresas del sector servicios e industrial.

El nacimiento de la Huerta de Murcia

Puente Tocinos se encuentra en la Huerta de Murcia, en la margen izquierda del río Segura. Al igual que el resto de pedanías huertanas, lindantes con el río, su paisaje comienza a esbozarse con la llegada de los musulmanes a Murcia, allá por el siglo IX. Ellos desecaron las tierras del Valle, que se encontraban inundadas por el río. La confluencia del Segura con el Guadalentín fue salpicándose de alquerías, cuyo origen se halla en el asentamiento de clanes y de determinados linajes musulmanes, como fue el caso de la pedanía murciana de Beniaján.

El pueblo musulmán perfeccionó y amplió un complejo sistema de riegos, que ya había sido iniciado por los romanos. A través de presas y azudes, canales, acequias y norias lograron la conversión en regadío de las tierras del Valle, dando lugar al nacimiento de la Huerta de Murcia. Del Azud de la Contraparada partían una serie de acequias, que se iban introduciendo en el Valle para regar diversos puntos de las dos márgenes del río Segura. Éste es el paisaje que reinaba en el territorio que, actualmente, ocupa la pedanía de Puente Tocinos. Un vergel de frutales, hortalizas, norias y acequias, con alquerías diseminadas y fecundos rahales.

Los primeros vecinos de Puente Tocinos

En el año 1243 el príncipe don Alfonso, hijo de Fernando III 'El Santo', recibe la ciudad de Murcia de manos del reyezuelo moro Aben Hud. El territorio se somete al Protectorado castellano a través de las Capitulaciones de Alcaraz, que garantizaban el respeto castellano a las propiedades y religión de los musulmanes. Estas promesas no fueron respetadas completamente por Alfonso X y su Corte, desencadenando una sublevación de los mudéjares en el año 1264 y la caída de la ciudad de Murcia y otras villas en manos de los rebeldes.

Cuando en el mes de enero de 1266, el rey Jaime I de Aragón llegó hasta tierras murcianas a través del Camino Viejo de Orihuela, para poner sitio a la capital y entregársela a su yerno, Alfonso X debió quedar sorprendido ante la visión de la Huerta de Murcia, descrita por fuentes árabes como un auténtico vergel. Según algunos historiadores, el Rey aragonés estableció el campamento de sus tropas en lo que, después, sería la pedanía de Puente Tocinos.

Hacia 1270, las tierras que ocupa Puente Tocinos se identificaban con los nombres de los cinco heredamientos o acequias, que regaban sus distintos lugares: Nelva, Al Norte de Puente Tocinos; Aljada, paralela al Camino Viejo de Orihuela (carretera de Puente Tocinos); Benetúcer, paralela a la carretera de Puente Tocinos; Caravija: hacia el Sur, entre el río Segura y la acequia de Benetúcer; Condomina, atravesando el río Segura por medio de un sifón y regando los terrenos llamados de Condomina Seca.

Por tanto, las primeras señas de identidad de Puente Tocinos son las acequias, que regaron sus fértiles tierras huertanas. Alrededor de ellas el Rey Alfonso X 'El Sabio' fue estableciendo población con su 'Repartimiento de Murcia' (1272), mediante el que los nuevos pobladores fueron distribuidos por cuadrillas, las cuales tomaban el nombre de las acequias que regaban las tierras que les habían sido adjudicadas. Se calcula que en el siglo XIII, en el territorio que actualmente ocupa Puente Tocinos vivirían unos 217 habitantes.

En los siglos posteriores a los 'Repartimientos del Rey Sabio, nuevos pobladores  fueron llegando y estableciéndose en torno a las siete torres y cinco ermitas que se erigieron en la zona. Con el tiempo, éstas han dado carácter unitario al mayor conjunto de huerta identificada como pueblo, pues la pedanía de Puente Tocinos fue la más extensa de la Huerta de Murcia.

En los siglos XVI y XVII, Puente Tocinos carecía aún de entidad propia y su territorio estaba ocupado por diversos caseríos, conocidos con los nombres de los vecinos, de sus acequias o heredamientos. Así se desprenden nombres como Casas de Aroca, Puente del Moro, Casas de Velasco, Ermita de los Remedios, Lugar de Casillas, Lugar de Benetúcer, Lugar de la Condomina y Lugar de Caravija.

Un documento del Cabildo de Murcia, con fecha del 21 de Enero de 1747, aclara que en esta época, la Huerta de Murcia contaba sólo con veinte diputaciones y que Puente Tocinos seguía englobado administrativamente con otros caseríos o lugares. Llano de Brujas, Raal, Aljada, Casillas y El Puente de los Tocinos estaban considerados como una sola diputación. Un acta capitular fechada el 11 de marzo de 1747, firmada por don Juan Hortador, menciona ya un agrupamiento poblacional bajo el nombre de Puente Tocinos: "la lista de los que ha importado el ensanche y pertiles que se ha hecho al puente que llaman de los Tocinos...", emplazado sobre la acequia de Benetúcer, y que actualmente pervive en el llamado Barrio del Secano.

Las historias sobre el origen del nombre de Puente Tocinos

El origen del nombre de esta pedanía se desprende del de un puente situado sobre la acequia de Benetúcer, y que se ha convertido a través de la Historia en un símbolo inequívoco del pueblo: el Puente de los Tocinos. Existen dos tesis diferentes sobre el origen de este nombre. Según Pedro Zamora, primer párroco de esta localidad, parece ser que en el puente sobre la acequia de Benetúcer, en el Barrio del Secano, se levantaban comercios de carne que, aprovechando que se encontraban fuera del radio municipal a efectos de pagos de arbitrios, vendían carne fresca de cerdo más barata que los carniceros de intramuros. De aquí tomó el nombre de Tocinos, resultando esta unión, Puente Tocinos. Esta teoría es considerada la más creíble.

La segunda historia la cuenta Emilio Barba Pintado, joyero de la pedanía, que la escuchó de boca de sus padres. Según su teoría, era costumbre de los mozos de la capital salir a rondar a las mozas huertanas, con las que se encontraban a deshoras en el puente del Barrio del Secano. Allí surgían disputas entre los diferentes grupos que, en ocasiones, se saldaban con derramamientos de sangre. Al día siguiente, la gente comentaba los sucesos acaecidos en el puente con frases como: "En el puente ha habido tocino". La existencia de este tipo de riñas entre jóvenes son recogidos por el escritor murciano José Frutos Baeza, que recuerda la prohibición de los llamados 'bailes de candil', ante los crímenes que desencadenaban.

El nacimiento de Puente Tocinos con identidad propia

Resulta curioso mencionar que el primer cura párroco de Puente Tocinos, Pedro Zamora, a pesar de conocer las historias sobre la denominación de Puente Tocinos, ensayó cambiarla cuando el pueblo comenzó a formarse en torno a la iglesia. El nombre que eligió fue el de Pueblo del Rosario y llegó a colocar lápidas y letreros, con el objeto de reafirmarlo. Pero Pedro Zamora no consiguió torcer la voluntad popular y en una división territorial realizada por el Conde de Floridablanca en 1785, ya se identifica a Puente Tocinos como una aldea de realengo con alcalde pedáneo, perteneciente al Ayuntamiento de Murcia.

Puente Tocinos siguió edificándose con callejuelas, por las que desfilaban los mejores ganados de cabras de toda la Región de Murcia. Sus gentes vivían de la agricultura y de la crianza del gusano de seda, por lo que el paisaje circundante del pueblo estaba cuajado de frutales y plantaciones de moreras.

Las siete torres de Puente Tocinos

Las familias de abolengo, que se fueron instalando en el pueblo, erigieron sus caserones o casas-torre en la huerta, hitos inconfundibles de la posición nobiliaria o económica de sus moradores. En la huerta de Puente Tocinos se levantaron siete de estas torres, convirtiéndose en la pedanía huertana con mayor número de casas de este tipo, en virtud de su gran extensión territorial y su privilegiada situación en las proximidades del núcleo capitalino, que la convertían en lugar de recreo para el señorío murciano.

Estas siete torres eran: Buendía, Conde de Roche, Peñas, Los Mellizos, De la Manresa, Carmela y Torre de Aillón o del Reloj. Esta última es muy popular en Puente Tocinos, data del siglo XVIII y es de estilo barroco popular. Blasona su fachada principal un escudo heráldico labrado en piedra y coronado con una cruz de Calatrava. Está declarada Bien de Interés Cultural (BIC).

La ermita de los Remedios y la parroquia del Rosario

La ermita de los Remedios, sita actualmente en plena calle Mayor de Puente Tocinos, fue edificada en el lugar donde ya existía una cruz de piedra, a la que los vecinos del pueblo veneraban, y cuyos restos se encuentran actualmente bajo el altar de la Virgen. Según José Frutos Baeza, esta ermita existía ya en el año 1835. Cuenta la voz popular que la Virgen de los Remedios fue hallada en el río Segura a su paso por las cercanías de la Puerta de Orihuela, lugar que actualmente es parte del término de la pedanía de Puente Tocinos.

Según diversos documentos, lo que fue la vieja ermita del Rosario, de la que se desconoce la fecha de fundación, fue constituida en parroquia en el año 1886, siendo nombrado Pedro Zamora como primer párroco. La necesidad de una nueva parroquia llevaría a la edificación en 1920 de la actual parroquia de Nuestra Señora del Rosario de Puente Tocinos.

La Huerta y la Seda como motores económicos en el siglo XIX

Puente Tocinos entró en el siglo XIX como una población con identidad propia, cabalgando a lomos de un incipiente progreso industrial de la mano de la producción de seda. En esta época, la huerta de Puente Tocinos conformaba un mosaicos de frutales, hortalizas y plantaciones de moreras, ya que las fuentes de riqueza principales de las familias de la pedanía eran la agricultura y la crianza del gusano de seda para la producción de este tejido.

"Por este año es raro el torcedor o tejedor de Murcia que no posee algunas tahúllas de tierra en la huerta y casa propia, como Andrés Imbernón, que en 1814 tiene en Puente Tocinos dos telares, por los que paga de renta al año 33 reales. También y en 1824 nos encontramos con otro maestro tejedor, con dos telares y un oficial, declarando seiscientos reales de utilidad pública y posesión de dos tahúllas en Puente Tocinos".

Cabe mencionar que en el año 1821, cuando gran parte de pedanías murcianas pidieron su independencia y la lograron, Puente Tocinos quedó unida a Murcia. En el año 1834, en el Real Decreto de 21 de abril, por el que se realiza la división en partidos judiciales, dentro del Partido de Murcia se incluye la Diputación de Puente Tocinos.

La segunda pedanía más poblada del Municipio de Murcia

El crecimiento demográfico de Puente Tocinos a lo largo del siglo XX ha sido notable. Si en 1900 contaba con 2.971 habitantes, en el ecuador de esta centuria ya andaba por los 8.618, contando con las partes de Casillas y Zarandona, que entonces pertenecían a su término. En la actualidad, Puente Tocinos es la segunda pedanía de Murcia en cuanto al número de habitantes se refiere. La mayor parte de la población reside en el núcleo de Puente Tocinos, repartiéndose el resto entre los núcleos circundantes pertenecientes a la pedanía: Rincón de los Garcías, El Secano, Molino del Nelva, San Roque y Torre de la Manresa.

Hacia la década de los 50', las tierras de la huerta dejaron de ser rentables y los huertanos empezaron a compaginar las tareas agrícolas con trabajos en la construcción, la industria o los servicios. Con la llegada de las fibras artificiales en el vestir fue desapareciendo la seda.

Puente Tocinos es una pedanía prácticamente unida a la ciudad de Murcia, debido al crecimiento urbano de la capital y de la propia pedanía. Cuenta con una población de 14.534 personas, de las que muy pocas se dedican ya al cultivo de una huerta, prácticamente absorbida por la expansión de las construcciones. Puente Tocinos es, sobre todo, un pueblo industrial y de servicios, con una economía dinámica y una población en continuo crecimiento.